“Estas piedras son por un lado el refugio y el resguardo de lo fragil, delicado y fugaz.
Un lugar donde pueden anidar los sueños que todos tenemos; que no muera la pintura, que salga de mi estudio, que se empape de lluvia y se seque con el sol, y le acaricie  la brisa primaveral. The Cadmium House es ese lugar puro que uno sueña encontrar en la vida. Ese lugar donde yacen los recuerdos y donde se rinde tributo al arte de antes de nosotros, ese lugar seguro llamado historia donde tantas cosas son inamovibles.” (Lluis Lleó)

El viaje de estas cinco piedras comenzó hace siete o tal vez ocho siglos y veintiocho años, lo que suma la tradición del fresco del Románico Catalán -que le llega a Lluís Lleó a través de varias generaciones de pintores en su familia- más el tiempo que él mismo ha vivido en Nueva York asumiendo y haciendo suyos los postulados de la modernidad americana. La obra de este artista catalán recoge la tradición de la austera espiritualidad medieval a la vez que adopta posicionamientos vanguardistas reflejados en el encuentro de dos mundos, el europeo y el norteamericano.

Existe una relación sólida entre la semántica de este viaje a través de la Historia del Arte y la vida y obra de Lluis Lleó; una relación que trasciende tanto lo conceptual como lo formal y que deriva en las circunstancias espacio-tiempo que convergen en estas piedras, a través de un arte confluyente, desde Barcelona hasta Nueva York. Suma de momentos y de lugares.

El resultado es estas piezas construidas mediante masas  pictóricas informes, con mayor o menor grosor y densidad –en algunos casos compitiendo con el mismo escenario en el que se ubican- que recorren espacios compositivos más cercanos a la espiritualidad de Rothko que a la tradición del color field. Piezas que buscan armonía, conciliación de contrarios, el confort del hogar. La misma búsqueda de desnudo y de verdad formal que aplica Lleó a toda obra; no en vano su trabajo se mueve entre postulados apropiados de Ellsworth Kelly, Agnes Martin o Pablo Palazuelo.

La obra de Lluis Lleó es una obra de equilibrios que crea espacios trascendentes, espirituales, que difumina fronteras entre lo interior y lo exterior, que trata con delicadeza poética los materiales aparentemente más bruscos y que culmina en una esculto-pintura que hace válido el aforismo de Van der Rohe según el cual “la estructura es espiritual”.

Texto: Paco Cano
Fotos: Corrado Serra

[Este proyecto es el resultado de la colaboración entre Lluís Lleó y The Fund for Park Avenue, NYC Parks, Galeria Marc Domènech, The Hue, Instituto Cervantes NY, Institut Ramon Llull, Banco Sabadell Atlántico, Indus]
 

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