Pic Adrian. Pic Adrian. Synchronicité. Musique et sens du monde
03 abril - 27 junio 2025

Pic Adrian. Synchronicité. Musique et sens du monde

Exposición en el Centre d'études catalanes de La Sorbonne, París

Pic Adrian. Synchronicité. Musique et sens du monde

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Personaje fascinante, considerado uno de los muchos hijos de las convulsiones del siglo XX, Pic Adrian (Moinesti, Rumanía, 1910 – Barcelona, 2008) fue un teórico del arte, poeta y pintor, y practicó de manera coherente y razonada una abstracción pura, cuya aparente simplicidad se manifiesta como un medio para acceder a la complejidad misteriosa del mundo.

Pic Adrian dejó Rumanía en los difíciles años de la posguerra. Su familia se había instalado en Bucarest en 1915, un país del que tuvieron que huir debido a la persecución antisemita, el fascismo y luego el comunismo. Pic Adrian trabajó como abogado y participó en la vida cultural rumana. Había publicado dos libros de poesía, el primero a los 17 años. En Tel Aviv conoció a su futura esposa, Alice Rubinstein, quien compartía la misma brillantez e inteligencia artística que su hermana, la arquitecta Marguerite Brender Rubinstein. La pareja vivió un tiempo en París, pero mientras esperaban los papeles para una posible emigración a Canadá, siguiendo los consejos del gran violonchelista Pau Casals, a quien Pic Adrian había conocido durante sus estudios analíticos sobre música, se trasladaron a Cataluña, a Barcelona, donde se establecieron definitivamente. Después desarrolló una pintura abstracta, una obra literaria poética en francés, así como ensayos y escritos sobre teoría del arte en los que expone su pensamiento situando su actividad pictórica en lo que él denomina Esencialismo y Arte Principal, conceptos en los que inscribe su obra.

Como los antiguos filósofos pitagóricos, que veían en el Cosmos una organización musical que definía el universo y lo hacía intrínsecamente bello y armónico, Adrian parte del principio de una solidaridad coherente y necesaria entre el orden, el universo y la música. Publicó varios textos sobre el tema, entre ellos el fascinante L’Univers sonore (París, ed. Richard Masse, 1955). También colaboró con músicos como el catalán Josep Mestres Quadreny, que compuso Variacions essencials, obra inspirada en su pintura. Pic Adrian muestra un vínculo muy directo con los primeros maestros de la abstracción. Es de Kandinsky de donde extrae su vocación hipnótica, expresiva y musical. De Piet Mondrian sigue el valor esencial de la disposición blanca y perpendicular, también perceptible en Adrian pero sin un marco lineal explícito.

El crítico y creador del Nouveau Réalisme, Pierre Restany, apreció esta pintura y escribió sobre él en dos ocasiones. Restany (la pintura que le regaló Adrian se muestra en esta exposición) pudo descubrir la dimensión mental y espiritual de esta obra, que de alguna manera se enlaza con la búsqueda de Yves Klein:

“Adrian es un optimista que se integra sensualmente a la extensión cósmica, un optimista para quien la interioridad del yo es extradimensional. Los signos esenciales de Adrian no reconocen ningún límite. Y este es el secreto de su liberación. Su soporte material importa poco. Rara vez una pintura ha expresado tan poco ‘contenido pictórico’”.

(…)

“Nunca un teórico ha sido más lógico visualmente consigo mismo: hemos tenido que deshacernos de cuatro siglos de estética dogmática y los complejos relacionados para ver más allá de pintar el Vacío de todas las posibilidades, para sentir la presencia inmaterial de la energía cósmica. Es a la luz de Yves Klein y su nuevo humanismo que la apicturalidad esencial de Adrian adquiere todo su significado”.


(Pierre Restany, 1969)

Contemporáneo de los abstractos y los minimalistas, pero diferente y singular, Pic Adrian nos conduce con esta “apicturalidad esencial” hacia una experiencia de contemplación en la que, como en la música, la estructura y el sentido no se fijan sino que tienden a una ligereza fluida y coherente a la vez, que nos eleva por encima de toda banalidad. Sin dogmatismos ni gesticulaciones narcisistas, con serenidad y delicadeza, propone geometrías al modo de enigmas amistosos que nos invitan a pensar en silencio.

Obras

Synchronicité H, 1968

Synchronicité F, 1968

Sans titre, 1968

Sans titre, 1967

Sans titre, 1992

Synchronicité C, 1968

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