
Vicenç Viaplana. Obra reciente
Vicenç Viaplana hace suya la vieja máxima que es siempre la mirada del otro la que acaba el cuadro y por este motivo no es hasta que la pieza sale definitivamente del estudio cuando él deja de reinterpretarla. Toda su obra se mueve pues en este constante tránsito entre periodos de acción i de descanso en los que el artista reconsidera su pintura para hacerla lo más eficiente posible. Para él, el proceso es la auténtica razón de ser de la obra arte. No pinta para nadie, pinta para él, para encontrarse. En el fondo, sus lienzos funcionan como un palimpsesto en el que los trazos de las obres anteriores se entreven y nos invitan a descifrar un contenido abierto a múltiples interpretaciones y que, capa a capa y año tras año, se van secando velando la anterior. Los mensajes ignotos que se insinúan, no están sometidos a ninguna interpretación prefijada, se transfieren libremente al espectador y su percepción será siempre individual, única y libre. Y es que para Viaplana, cuando el arte se somete a la argumentación, queda limitado y pierde su fuerza.