Manolo Hugué

Manuel Martínez Hugué, más conocido como Manolo Hugué inició su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de la Llotja, en la fundición Masriera i Campins y en el estudio del escultor Eusebi Arnau.

Hacia 1900 se instaló en París, donde permaneció diez años. En Céret, a partir de 1920, coincidió con Juan Gris, Joaquim Sunyer y Picasso. La relación con el marchante D. H. Kahnweiler le abrió las puertas del mercado internacional y de las exposiciones de vanguardia. Tras la Primera Guerra Mundial, que pasó refugiado en Barcelona, regresó a Céret, donde, entre 1919 y 1927, vivió su período de mayor esplendor creativo.

Su obra se presenta en varias exposiciones colectivas y algunas exposiciones personales, esencialmente en París y Barcelona, también en Nueva York, siendo la última la del Museo Tavet-Delacour (Pontoise) en 1955. Manolo esculpió y modeló con frecuencia maternidades, figuritas divertidas, primitivas. Ilustró al poeta Reverdy y realizó unas pocas obras monumentales entre las cuales “La Catalana” se puede contemplar en una de las plazas de Ceret.