Luis Claramunt

1951 - 2000

Obras

Altillo, 1970 - 1972

Autorretrato, 1974-75

Pintura roja, amarilla y negra, 1983

Paisatge, 1985

Miguel (Retrato de Miquel Barceló), 1986

Sin título, c.1985

Biografía

Barcelona, 1951 – Zarauz, 2000

Luis Claramunt, hijo de madre pianista y padre decorador, nace en Barcelona el 19 de agosto del año 1951. A finales de los años 60 inicia la carrera de Filosofía y Letras pero al cabo de dos años abandona los estudios para dedicarse profesionalmente a la pintura. Claramunt se adentra en el mundo artístico en solitario, de forma autodidacta, y sin adscribirse a ninguna escuela. Este cambio de rumbo profesional le conduce, a la vez, a tomar la decisión de instalarse a vivir en los alrededores de la Plaza Real y abandonar la casa paterna iniciando, así, un proceso de desconexión con sus orígenes.
A partir de este momento, adopta un tipo de vida totalmente bohemia que le lleva a establecer y a construir fuertes vínculos con las familias gitanas de aquella época que le permiten familiarizarse con su cultura y sus costumbres. Este contexto despierta en Claramunt una afición hacia, tal y como él mismo lo describía, el “lado duro de las ciudades”, es decir, las luchas de gallos, los toros, los puertos, los barrios chinos, los bares de madrugada, los mercados de calle…
Todos estos ambientes de las ciudades, a menudo marginales y peligrosos, son los que interesan a Claramunt. De este momento son sus paisajes urbanos con marcado carácter dramático y sus pinturas con temáticas de personajes deformados y grotescos que se expresan en los lienzos por medio de una pincelada enérgica y dinámica, dominada por una corta paleta de colores en la que predominan los tonos terrosos y azulados. En definitiva, una pintura claramente expresionista que muestra las influencias derivadas de su admiración por las obras de Van Gogh, Picasso, Nonell, Soutine, Munch o Schiele.
A mediados de los años 80 se traslada a vivir a Madrid donde se instalará definitivamente después de pasar largas temporadas intermitentes en varias ciudades como Bilbao, Sevilla y Marrakech. A esta última viaja a menudo desde Sevilla, y de estas estancias salen grandes obras que muestran un lenguaje perfeccionado y en las que los personajes pasan a ser los protagonistas principales de las telas.
A finales de los años 80 su obra se vuelve más dura, exenta de elementos expresivos y en evolución hacia una pintura más sintética. La mancha deja paso a la línea, y el color y la textura pierden cierto protagonismo. En los años 90 se instala definitivamente en Madrid donde su obra se va volviendo más abstracta.
Luis Claramunt muere en Zarauz a la edad de 49 años durante la madrugada del 18 de diciembre de 2000.